30 días de noche.
Crónicas desde la oscuridad.
En esta película ,(basada en el comic homónimo editado por dark horse), la trama se desenvuelve a través del drama humano como hilo conductor de la historia.
Un grupo de personas trata de sobrevivir a la llegada de unos vampiros bestiales, totalmente inhumanos, que al principio se organizan para aislar a lo que queda de la población, incomunicándolos del mundo exterior, para dar posteriormente rienda suelta a la monstruosidad mas depravada y siniestra, testimonio de su propia naturaleza.
El film se desenvuelve con total soltura, es lo que es, nada pretencioso. Después de tantas películas de vampiros romanticones y afeminados que sufren mucho pero la pasan bárbaro, por fin aparece una película que nos vuelve a retrotraer al monstruo primigenio que viene de la oscuridad para devorarnos. Nada de entrar en su psiquis para tratar de comprenderlos, son tan bestiales como incomprensibles, una imagen permanente de nuestra propia oscuridad interior, cruel e irracional, que se exacerba para poder ver lo que queda de una época mítica de colmillos, garras y caos.
Al ser seres tan alienados del perfil psicológico desarrollado por cualquier humano, se los aparta como lo que son, decorados repletos de irrealidad onírica y oscuridad irracional. Lo único que se desarrolla al quedar esto claro es la reacción de las personas en la pugna por la supervivencia, (podrían haber sido huracanes, terremotos, leones rabiosos o simplemente zombis), en lo que estriba esta historia es en demostrar el comportamiento de aquellos que sobreviven.
La película es buena, y tiene un par de situaciones que se presentan de maneras bastante originales en su tratamiento. Con algunos toques “carpentereanos” nos introduce en un rincón nocturno en donde el silencio es la principal forma de defensa y los ecos de un mundo que alguna ves nos fuera familiar se difuminan en la sangre que cae sobre la nieve, como un recordatorio de que alguna ves no fuimos el depredador, sino la presa.
Crónicas desde la oscuridad.
En esta película ,(basada en el comic homónimo editado por dark horse), la trama se desenvuelve a través del drama humano como hilo conductor de la historia.
Un grupo de personas trata de sobrevivir a la llegada de unos vampiros bestiales, totalmente inhumanos, que al principio se organizan para aislar a lo que queda de la población, incomunicándolos del mundo exterior, para dar posteriormente rienda suelta a la monstruosidad mas depravada y siniestra, testimonio de su propia naturaleza.
El film se desenvuelve con total soltura, es lo que es, nada pretencioso. Después de tantas películas de vampiros romanticones y afeminados que sufren mucho pero la pasan bárbaro, por fin aparece una película que nos vuelve a retrotraer al monstruo primigenio que viene de la oscuridad para devorarnos. Nada de entrar en su psiquis para tratar de comprenderlos, son tan bestiales como incomprensibles, una imagen permanente de nuestra propia oscuridad interior, cruel e irracional, que se exacerba para poder ver lo que queda de una época mítica de colmillos, garras y caos.
Al ser seres tan alienados del perfil psicológico desarrollado por cualquier humano, se los aparta como lo que son, decorados repletos de irrealidad onírica y oscuridad irracional. Lo único que se desarrolla al quedar esto claro es la reacción de las personas en la pugna por la supervivencia, (podrían haber sido huracanes, terremotos, leones rabiosos o simplemente zombis), en lo que estriba esta historia es en demostrar el comportamiento de aquellos que sobreviven.
La película es buena, y tiene un par de situaciones que se presentan de maneras bastante originales en su tratamiento. Con algunos toques “carpentereanos” nos introduce en un rincón nocturno en donde el silencio es la principal forma de defensa y los ecos de un mundo que alguna ves nos fuera familiar se difuminan en la sangre que cae sobre la nieve, como un recordatorio de que alguna ves no fuimos el depredador, sino la presa.
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